Taller de escritura creativa DIáLOGOS

Naturaleza y fundamento

DIáLOGOS es una experiencia colectiva que inicia un viaje desde la escritura hacia la propia crítica y la reflexión a través de la experiencia de nuestr@s jóvenes que se encuentran en situación de vulnerabilidad y riesgo de exclusión social. Entendemos que la escritura es una base fundamental para el aprendizaje de la memoria y sus diferentes y ricos usos en un proceso difícil para estos jóvenes.  En definitiva, escriben desde su experiencia, sus problemas y sus sueños de futuro.

DIáLOGOS nace al calor, por una parte, de la necesidad de recabar el nivel de asimilación de áreas de conocimiento de los jóvenes y, por otra, convertirse en un espacio conversado donde confluyen historias comunes a adultos y jóvenes. De esta manera, entendemos que la expresividad de los adolescentes es rica en matices cuando éstos son escritos y es, en definitiva, un lugar privado y público, sentido y sincero, donde los episodios vividos cobran un importancia capital, donde se enlazan irreversiblemente con el mundo del saber y del conocimiento, territorio vedado y, muchas veces  minado  para estos jóvenes. 

Consideramos que es importante canalizar la expresividad de l@s jóvenes en su quehacer cotidiano, primero como forma de exteriorizar sus problemas e inquietudes, y segundo para dar forma, estética y marco conceptual a los objetivos educativos perseguidos, que tienen que ver básicamente con el grueso de contenidos que asimilan y debaten en la cotidianeidad de sus entornos vitales.

En este sentido, la expresión escrita viene jugando un rol fundamental desde que se fundó la revista “DIáLOGOS” como plataforma de debate, opinión y difusión de las problemáticas juveniles, pero, también, de expresiones íntimas y testimoniales porque intensamente reales son sus experiencias. Desde la tradición oral hasta ver plasmados sus textos, hay un decurso que transcurre en un lugar no definido, en los problemas desvelados con la naturalidad y la parsimonia de quien quiere dejar un mensaje, desde lo aprendido.

Escribir es darse tiempo y espacio, algo necesario en las rutinas de nuestros jóvenes, un trazo hacia el futuro. La expresión escrita compone y comporta un ideario, porque, a pesar de la dificultad para perfilarla, estos jóvenes sí tienen opinión; es una opinión sin técnica, poco elaborada y depurada si se quiere, pero profundamente emotiva, sincera, tal vez un espacio de sinceridad donde todos tenemos la posibilidad de aprender.

La revista se transforma, de esta manera, en una comunidad de aprendizaje espontánea, viva, que se va haciendo y nos va haciendo interactuar en estas soledades, en el limbo donde dos generaciones hacen lo posible por encontrarse en el fenómeno educativo.

A medida que este quehacer se va configurando, nosotros sólo podemos enseñar una técnica, un método, una herramienta que encuadre el saber y no saber de los jóvenes, la curiosidad y la importancia de “verse escrito”, en ese trance maravilloso de perdurar y recordarse, porque recordar significa, del Latín re-cordis, “volver a pasar por el estuario del corazón”.

No podríamos entender la revista que aquí presentamos sin el diagnóstico que hemos realizado, y que habla de carencias expresivas en nuestros menores.  Para eso se construye esta alternativa y este espacio de creación.  Han empezado a hablar sobre drogas, seguirán haciéndolo sobre la sexualidad y los afectos, y acabarán debatiendo sobre el crisol de razas y culturas que puebla cada rincón de España.  Hablan desde la experiencia vital y no desde el refinamiento, hablan pues, de existencias ricas, duras, extremadamente voraces y ávidas de encontrar explicaciones a sucesos diarios, cotidianos.

La comunidad de aprendizaje como teoría y método  de transmisión oral ha servido de base para este, como decíamos, interesante proyecto de condensación del saber juvenil y, para que quede imperecedero, los chicos y chicas han decidido plasmar estas lecciones y testimonios de vida en estos singulares papeles.

Para este taller, se pretende dar un salto cualitativo que es digitalizar la publicación después de cuatro números en papel, e intentar aplicar nuevas concepciones literarias en un “hacer juntos” divertido y creativo, y que condense los saberes o contradicciones experimentados por los jóvenes que, además, participan en programas de Competencia Social y de Desarrollo personal. 

La edición de una revista en papel trimestral, como medio de síntesis de  sus aprendizajes, da paso a esta edición digital, como forma de compilación de escritos que nos parece importante preservar para el presente y futuro, para que ellos y ellas se vuelven a leer, porque recordar es volver al corazón.

No será, pues, ni la primera ni la última experiencia de este tipo en la que, educadores y educandos naveguen juntos en la marea del conocimiento mutuo, cuestión tan definitiva y columna vertebral de todas nuestras intervenciones educativas.                                                                                                 El Equipo. 

                                                                                                 

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